miércoles, 13 de mayo de 2015

Venezuela no está sola. Solidaridad con la Revolución bolivariana.

Desde diferentes organizaciones de la ciudad, convocamos varios actos en solidaridad con Venezuela ante la campaña continua de difamación y desestabilización que está sufriendo el país.
  • El viernes 15, a las 17.30h, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Mario Isea Bohórquez, estara en la sede de Izquierda Unida para que los jóvenes charlemos en cercanía sobre la actualidad.
  • El viernes 15, a las 19.00h, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Mario Isea Bohórquez, dará una charla en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras.
  • El miércolés 20, a las 20.00h os invitamos a acudir y a apoyar la concentración solidaria con Venezuela que tendrá lugar en la Plaza de Fuente Dorada.




MANIFIESTO:

De un tiempo a esta parte, Venezuela parece haberse convertido en el centro de todas las conversaciones. Día a día nos bombardean con noticias sobre un país del que hasta hace poco nada sabíamos. Violencia, represión, desabastecimiento… Pero, en realidad, ¿qué sabemos de Venezuela más allá de la propaganda de los oligopolios informativos? La manipulación informativa es tan vieja como la guerra misma. De hecho, no se entiende una sin la otra. Es por ello que sentimos la obligación moral y sentimental de arrojar un poco de luz entre tanta tiniebla informativa, y de dar cuenta de lo que realmente está pasando en Venezuela: un país digno que no se deja pisotear por los de siempre y cuya revolución, profundamente democrática, sirve de inspiración a los desposeídos del mundo.

Así, mientras los medios nos transmiten la imagen de un país sumido en el caos, la pobreza y la incertidumbre, lo cierto es que en 16 años de proceso bolivariano se ha logrado incrementar un 15% el acceso de los venezolanos al agua potable, siendo en la actualidad más del 95% de la población la que puede acceder a este recurso básico. En poco más de una década, la pobreza, la miseria, el desempleo y la desigualdad se redujeron notablemente. En este periodo la pobreza pasó del 50 al 23 %, la miseria del 20 al 7 % y el desempleo del 16,6 al 7,9 %. En términos generales, la desigualdad se redujo en un 18 %. Yendo a cosas más concretas, el hambre se redujo ostensiblemente en estos años, siendo Venezuela el país que más lucha contra el hambre según la FAO. Respecto a la vivienda, es por todos conocido el plan estatal que ha proporcionado techo a más de 100.000 de personas. Pero el afán de la revolución no se reduce únicamente a la satisfacción de las necesidades básicas de la población. En este sentido, las diferentes misiones han conseguido elevar el número de estudiantes y reducir el analfabetismo. Ya lo decía el recientemente fallecido Eduardo Galeano: Chávez fue un demonio que sacó de la pobreza y proporcionó un hogar a miles de personas, un demonio que enseñó a leer a su pueblo para que prosperase y dejase de ser manipulable.

A lo largo de estos años, el chavismo ha ganado 18 de las 19 consultas electorales a las que se ha sometido, la última en 2013, todas ellas supervisadas por observadores internacionales que no han dudado en describirlas como "ejemplares". ¿Por qué, entonces, el Gobierno y los medios de comunicación ponen constantemente en duda la legitimidad democrática del Gobierno venezolano e incluso hablan de dictadura? Para responder a esta pregunta es necesario situar los últimos acontecimientos en perspectiva. Desde hace poco más de un año, vemos cómo se suceden los disturbios en las ciudades más importantes del país, hechos que derivan de un supuesto desabastecimiento en supermercados, y del hartazgo ante el clima de inseguridad y de violencia generalizada que vive el país. Lo que nadie dice es que todo esto forma parte de una estrategia injerencista y desestabilizadora cuyo único objetivo es preparar a la opinión pública para un eventual golpe de Estado. El desabastecimiento es fruto del acaparamiento de productos básicos por parte de los grandes propietarios. Los disturbios están dirigidos por alborotadores de la derecha, y sólo pretenden aprovecharse de la coyuntura para sembrar el caos y restar legitimidad al gobierno. Este modo de proceder no nos resulta novedoso: lo hemos visto en otros lugares como Libia, Siria o Ucrania. Países que, como Venezuela, desarrollaban una agenda política y económica alternativa a los grandes polos imperiales, Estados Unidos y la Unión Europea. También conocemos las consecuencias de estos golpes blandos, o de las intervenciones humanitarias que sólo persiguen destruir naciones soberanas.

Por todo ello, queremos mostrar aquí nuestra solidaridad y compromiso con la revolución bolivariana, así como un profundo rechazo a las maniobras desestabilizadoras e injerencistas que los diferentes gobiernos de Europa y Estados Unidos, con el Estado español a la cabeza, están llevando a cabo. ¿Cómo es posible que un gobierno que ejecuta decenas de desahucios al día, aprueba la leyes represoras, y ampara a corruptos mafiosos mientras encarcela a disidentes se permita dar lecciones sobre qué es o qué no es una dictadura? Nosotras lo tenemos claro: Sólo temen a Venezuela aquellos que temen la democracia.

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