En los últimos tres años se han suprimido 8.000 puestos de trabajo, se prevé que en los próximos 5 desaparezcan 14.000 puestos más y se sustituyan por contratos temporales y becarios. Además, está en juego la negociación del nuevo convenio colectivo que regula las condiciones laborales de las más de 53.000 personas que trabajan en la Sociedad Estatal, lo que la convierten en una de las empresas con mayor número de trabajadoras y trabajadores del Estado español.
Éstos son motivos más que suficientes para la Huelga, pero nos jugamos mucho más. Otra vez, estos recortes no son casualidad. Vienen propiciados por la incesante búsqueda del capital de nuevos mercados para seguir aumentando su sed infinita de beneficios, algo que se facilitó al acabar con el monopolio estatal en el año 2011, permitiendo la aparición de nuevas empresas y poniendo en el punto de mira la privatización de Correos. Estas nuevas empresas privadas, lógicamente, sólo prestan los servicios que les son económicamente rentables y compiten con Correos gracias a unas condiciones laborales inferiores a las que tienen las y los trabajadores de la empresa pública, y dejando a ésta “la carga” de tener que prestar el servicio en las zonas que no son económicamente rentables, como los núcleos de población más pequeños y dispersos.
Es, con esta excusa, y la inestimable ayuda propiciada por las últimas reformas laborales del bipartidismo, con lo que Correos presiona a sus trabajadoras y trabajadores para tener cada día unas condiciones todavía peores que las que venían sufriendo, y aparecer ante la opinión pública mayoritaria como una empresa sobredimensionada, obsoleta y deficitaria por el hecho de ser pública, lo cual es absolutamente falso, pero ayuda a crear un ambiente favorable a una futura privatización.
Por todo ello desde la UJCE apostamos, igual que con el resto de sectores estratégicos, por Correos como monopolio estatal y público, siendo la única empresa que preste este tipo de servicios para asegurar unas buenas condiciones laborales, la generación de un empleo digno y de calidad, la socialización de los beneficios económicos, el respeto al medioambiente y el mantenimiento de un servicio que se lleva prestando de forma muy eficiente durante siglos.
Por tanto, el día 27 de noviembre no sólo es la lucha de las y los trabajadores de Correos, es la lucha de todo el pueblo para no permitir que se nos siga expoliando lo que nos pertenece.
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