Cayo Lara pidió que despedir a los trabajadores de empresas con beneficios sea delito social
El coordinador de IU, Cayo Lara, pidió anoche en Valladolid que el Código Penal incluya un nuevo delito, el delito social, para los empresarios que, obteniendo beneficios, despiden a los trabajadores “cargando además el precio de esos despidos en los bolsillos de los contribuyentes” aclaró. Se refería a Telefónica que a pesar de haber tenido más de 10.000 millones de beneficios quiere deshacerse de 6.000 trabajadores y trabajadoras, el 20% de su plantilla. También pidió otras medidas drásticas como ponerle el Salario Mínimo Interprofesional a Miguel Angel Fernández Ordoñez, el Gobernador del Banco de España, que sigue recomendando la bajada de los salarios como medio para salir de la crisis en nuestro país, una crisis que no se hubiera producido si él, que era el regulador de los mercados financieros, hubiera recomendado medidas para evitar la burbuja financiera y urbanística en nuestro país, cosa que no hizo. Cayo Lara estuvo ayer en Valladolid, en el mitin de inicio de campaña, para arropar a nuestros candidatos a la y al Ayuntamiento Manuel Saravia.
El coordinador de IU denunció la situación que viven miles de familias “los nuevos esclavos del siglo XXII” que tras haber tenido que entregar su vivienda por no poder pagarla siguen debiendo, de por vida, al banco la cantidad que el propio banco dice que hay entre el valor actual de la vivienda y el crédito que les fue concedido. Cayo Lara recordó que nuestros Parlamentarios llevaron al Congreso de los Diputados una proposición para cambiar la ley y permitir que la devolución de la casa fuera suficiente para compensar las hipotecas y que los diputados del PSOE y PP votaron en contra porque perjudicaba los intereses de las entidades bancarias. El capitalismo no tiene piedad
Cayo Lara fue rotundo: “El capitalismo no tiene piedad, quieren el botín, quieren todo el botín y les importa un pimiento el sufrimiento de la gente”. También fue claro al señalar que “la socialdemocracia ha renunciado a sus principios en Europa” y dijo que si Olof Palme, el primer ministro sueco socialista asesinado en 1986, levantase la cabeza se volvería a morir de vergüenza. Concluyó el relato asegurando que la democracia está “de rodillas” ante los poderes económicos. Frente a la postración en el que han dejado PSOE y PP a nuestro “estado del medioestar” como dijo el líder de IU, hay una propuesta de “rebeldía” que encarna Izquierda Unida, dijo Cayo Lara. “Vamos a ganar la confianza de la gente para conquistar poder y hacer la políticas que la gente necesita” añadió. Cayo Lara recibió la ovación de las más de 400 personas que se dieron cita en el Polideportivo de la Rondilla de Valladolid. La ovación fue más cerrada cuando aseguró que “no todos somos iguales”.
Tender la mano a los votantes del PSOE
Sobre el Partido Popular no se vertieron muchas palabras. Cayo Lara interrogó a los presentes: “¿Alguno conoce las propuestas del PP?”, pero sí sobre su fábrica de ideas, la FAES, que ha elaborado 16 propuestas para salir de la crisis y la mayoría ya han sido puestas en marcha por el Gobierno del PSOE. En concreto se refirió a la Reforma Laboral, que ha abaratado el despido, la apuesta por la energía nuclear, la privatización de las Cajas de Ahorros, la reforma de las pensiones, que endurece las condiciones para obtener la jubilación, la privatización de los servicios públicos y la reducción de impuestos a los que más tienen. Por eso dijo que los trabajadores y trabajadoras se sienten traicionados por el Partido Socialista, con cuyos votos llegó al poder en 2004. Cayo Lara dijo que hay que tender la mano a “esos votantes defraudados del PSOE que tienen la tentación de votar al PP en esta ocasión y decirles que la izquierda alternativa se teje también con ellos”. Los jóvenes que no votan se castigan a sí mismos Cayo Lara animó a los jóvenes a votar si quieren manifestar su rebeldía “porque no votar no castiga a los banqueros, a los especuladores, se castigan a sí mismos negándose otras políticas que son posibles para sacarles de la incertidumbre y la falta de perspectivas en el futuro”. El coordinador de IU en su denso discurso afirmó que hay que hacer una reforma fiscal para que los que más tienen paguen lo mismo que ya pagan los trabajadores. “En nuestro país se da la circunstancia de que las rentas del capital pagan menos que las rentas del trabajo, algo inaudito”, dijo. Con una financiación suficiente del Estado podríamos incrementar los servicios públicos que se merece la ciudadanía. Contra esta política los sucesivos gobiernos de Aznar y de Rodríguez Zapatero han ido “desprestigiando lo público para que vengan los empresarios a hacer negocio con el sufrimiento de la gente” dijo Cayo Lara y concluyó diciendo que “Izquierda Unida es la única formación política que garantiza el salario de los trabajadores y trabajadoras del sector público”. Cayo Lara mandó un mensaje transparente a la ciudadanía asegurando que en IU tienen una fuerza que no ha traicionado los principios clásicos de la izquierda y que en nosotros la gente “tiene una luz de esperanza para afrontar un futuro mejor”.
Manuel Saravia pintó la ciudad amable del futuro
Manuel Saravia, el candidato de IU a la Alcaldía de Valladolid, pintó un cuadro idílico: la ciudad del futuro si nuestra formación política llegase a la Alcaldía ahora. Sería una ciudad para peatones y ciclistas, con el sentido de la fraternidad muy arraigado, igualitaria, con empleo para todos “especialmente en esa constelación verde que queremos tejer en todos los puntos de la ciudad” aclaró en referencia a nuestra propuesta de empleo relacionado con el medio ambiente y con los edificios en desuso de la ciudad. “Tendría muchos trabajadores públicos-dijo- para dar muchos servicios y no se acabaría en nuestros muros sino que se proyectaría hacia los barrios más pobres de las ciudades del Tercer Mundo” hasta los que llegaría la política de cooperación de nuestro Ayuntamiento. “No habría violencia sino cortesía y amabilidad” aseguró. Sería una ciudad que “no desearía crecer, pero en la que todo el mundo tendría la vivienda que necesitara porque el Ayuntamiento se ocuparía de ofrecérsela al precio que pudiera pagar y, si alguien prefiriera dormir en un banco también podría hacerlo, pero sintiendo la fraternidad del resto de la ciudadanía”, aseguró. Manuel Saravia se puso serio para reflejar en la mente de los presentes ese futuro, pero no pudo evitar el tono humorístico para concluir su discurso: “la ciudad del futuro tendrían alcaldesa y el último Alcalde hombre que se recordaba tenía una chaqueta parecida a éste” aseguró y se tiró de su propia solapa. Los gritos de Alcalde, Alcalde, despidieron su intervención.
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