
La patronal, amparada por los sucesivos gobiernos, sigue saliendo impune de los fallecimientos de trabajadores/as en sus puestos de trabajo. Un total de 540 trabajadores perdieron la vida en 2013, trabajando o en el camino para hacerlo. Mientras la siniestralidad laboral no se reduce, tampoco se cumplen las normativas de seguridad que podrían ahorrar tantos fallecimientos.En cambio, empresarios y gobiernos siguen minando las condiciones laborales y atacando la dignidad de los trabajadores. No son sólo la falta de medidas de seguridad, escasamente penadas, sino que las mismas...