Una vez más comienza un nuevo curso, y con él una nueva etapa en la lucha por una verdadera educación. Para inaugurar el curso, las Juventudes Comunistas de Valladolid hemos preparado la siguiente carta abierta al rector de la UVA, a la que ya se está empezando a dar difusión.
Salud!
Salud!
CARTA ABIERTA AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
Señor Rector de la Universidad de Valladolid:
Ante las perspectivas que nos ofrece la aplicación del "Plan Bolonia" y la realidad de lo que ya se ha aplicado, desde las Juventudes Comunistas de Valladolid creemos necesario dirigirle unas palabras.
Desde la proclamación en 1999 de la Declaración de Bolonia, con el antecedente inmediato en 1998 de la Declaración de la Sorbona, se vienen aplicando en el Estado Español y el conjunto de la Unión Europea un conjunto de medidas que dicen estar destinadas a lograr la convergencia europea. Ello, teóricamente, va encaminado a que un estudiante español pueda estudiar en cualquier otro Estado de la UE y viceversa. Propósito contra el que nadie puede estar más que de acuerdo. Pero tan loable propósito va acompañado de una serie de medidas que portan el signo inequívoco de la elitización y mercantilización, cuando no de la privatización, de la educación en Europa y España.
¿Qué relación tiene la convergencia europea con la progresiva privatización de las instituciones educativas? ¿En qué beneficia al alumnado europeo la injerencia de las empresas en la elaboración de los programas educativos? ¿Qué relación tiene la posibilidad de estudiar en otro país con la desaparición de las carreras que no generan técnicos para las empresas? Todas son preguntas que debería respondernos, como máximo representante que es de la Universidad de Valladolid, firmemente comprometida con el proceso de Bolonia.
Las Juventudes Comunistas de Valladolid, a la par que miles de estudiantes y profesores universitarios y de enseñanzas medias, creemos en otro modelo educativo. Modelo que se basa en una educación PÚBLICA, LAICA, GRATUITA, de CALIDAD, DEMOCRÁTICA y ABIERTA a todas las personas que quieran estudiar. Modelo que está en total contradicción con todo lo que Bolonia oculta tras la expresión "convergencia europea". Porque el plan Bolonia, lejos de sus promesas de facilitar el acceso a los estudios a los jóvenes, impide que muchos jóvenes que carecen de medios puedan estudiar, salvo que quieran pedir un crédito bancario (que, a juzgar por el gran aumento de los costes, estarán devolviendo toda su vida). Porque los jóvenes que logren acceder a alguna carrera, muchos a raíz de solicitar un crédito, no tendrán la posibilidad de trabajar mientras estudian. Porque los que renuncien a trabajar a favor de estudiar verán que sus carreras estarán reducidas a un mínimo de conocimientos imprescindible para su aprovechamiento por parte de las empresas, cuando no estarán eliminadas por no ser rentables económicamente. En resumidas cuentas, el plan Bolonia impedirá que muchas personas puedan acceder a los estudios por carecer de un determinado nivel de ingresos: ELITIZACIÓN.
Otra faceta del plan Bolonia es la consistente en la MERCANTILIZACIÓN. ¿Podría justificar, señor rector, que los planes de estudios estén controlados por las empresas? ¿Tiene algo que ver con la convergencia europea? A esta pregunta nadie de los impulsores de Bolonia la han dado respuesta; confiamos en que usted lo haga. Probablemente sea una respuesta sencilla: la elitización y la mercantilización son solo pasos previos para la PRIVATIZACIÓN, que de hecho ya se está dando en algunos lugares.
Por si todo esto fuera poco, a ningún estudiante ni profesor se ha consultado acerca de la aplicación de Bolonia. Todos los cambios que se están efectuando en el sistema educativo se están realizando desde arriba, justificándose de manera oficial con la máxima del despotismo ilustrado: todo para el pueblo pero sin el pueblo, tratándose aquí de "pueblo" los estudiantes y profesores. Bolonia constituye, por tanto, una NEGACIÓN DE LA DEMOCRACIA. Y además ni siquiera es "todo para el pueblo", pues en nada beneficiará a la comunidad educativa el proceso de mercantilización, elitización y privatización. Una vez más, se están defendiendo los intereses de los de siempre: los empresarios, el capitalismo. La razón, señor rector, por la que existe el proceso de Bolonia no es la convergencia europea, como dicen, ni facilitar el acceso a los estudios a los jóvenes y no tan jóvenes que quieran estudiar. La finalidad es producir TÉCNICOS SIN SENTIDO CRÍTICO PARA LAS EMPRESAS. ¿Por qué ningún impulsor de Bolonia lo admite claramente? El sistema político está tan atado y bien atado que aunque admitan todos sus desmanes, van a seguir gobernando los mismos. Y ya no hace falta la ficción democrática: Bolonia es un claro ejemplo de ello.
Pero no pueden admitirlo, señor rector, porque en realidad la DEMOCRACIA si se ha ejercido. Se ha ejercido cada vez que una huelga ha paralizado las instituciones educativas. Se ha ejercido cada vez que miles de estudiantes y profesores han salido a manifestarse contra la imposición de la privatización. Se ha ejercido cada vez que los impulsores del proceso no han sabido responder a las preguntas de los estudiantes, teóricos beneficiarios del proceso de Bolonia. La democracia se ha ejercido, aunque usted y sus compañeros no hayan querido verlo.
Concluimos esta carta pidiéndole que nos responda. Que responda a nuestras preguntas como hasta ahora nadie las ha respondido. Que admita que Bolonia sólo beneficia a los empresarios. Que admita que es "todo para las empresas, pero sin los estudiantes". Y le pedimos que, si de verdad cree en la educación y la formación, se oponga frontalmente al proceso de Bolonia, como ya se opone la gran mayoría de los estudiantes del Estado.
Ante las perspectivas que nos ofrece la aplicación del "Plan Bolonia" y la realidad de lo que ya se ha aplicado, desde las Juventudes Comunistas de Valladolid creemos necesario dirigirle unas palabras.
Desde la proclamación en 1999 de la Declaración de Bolonia, con el antecedente inmediato en 1998 de la Declaración de la Sorbona, se vienen aplicando en el Estado Español y el conjunto de la Unión Europea un conjunto de medidas que dicen estar destinadas a lograr la convergencia europea. Ello, teóricamente, va encaminado a que un estudiante español pueda estudiar en cualquier otro Estado de la UE y viceversa. Propósito contra el que nadie puede estar más que de acuerdo. Pero tan loable propósito va acompañado de una serie de medidas que portan el signo inequívoco de la elitización y mercantilización, cuando no de la privatización, de la educación en Europa y España.
¿Qué relación tiene la convergencia europea con la progresiva privatización de las instituciones educativas? ¿En qué beneficia al alumnado europeo la injerencia de las empresas en la elaboración de los programas educativos? ¿Qué relación tiene la posibilidad de estudiar en otro país con la desaparición de las carreras que no generan técnicos para las empresas? Todas son preguntas que debería respondernos, como máximo representante que es de la Universidad de Valladolid, firmemente comprometida con el proceso de Bolonia.
Las Juventudes Comunistas de Valladolid, a la par que miles de estudiantes y profesores universitarios y de enseñanzas medias, creemos en otro modelo educativo. Modelo que se basa en una educación PÚBLICA, LAICA, GRATUITA, de CALIDAD, DEMOCRÁTICA y ABIERTA a todas las personas que quieran estudiar. Modelo que está en total contradicción con todo lo que Bolonia oculta tras la expresión "convergencia europea". Porque el plan Bolonia, lejos de sus promesas de facilitar el acceso a los estudios a los jóvenes, impide que muchos jóvenes que carecen de medios puedan estudiar, salvo que quieran pedir un crédito bancario (que, a juzgar por el gran aumento de los costes, estarán devolviendo toda su vida). Porque los jóvenes que logren acceder a alguna carrera, muchos a raíz de solicitar un crédito, no tendrán la posibilidad de trabajar mientras estudian. Porque los que renuncien a trabajar a favor de estudiar verán que sus carreras estarán reducidas a un mínimo de conocimientos imprescindible para su aprovechamiento por parte de las empresas, cuando no estarán eliminadas por no ser rentables económicamente. En resumidas cuentas, el plan Bolonia impedirá que muchas personas puedan acceder a los estudios por carecer de un determinado nivel de ingresos: ELITIZACIÓN.
Otra faceta del plan Bolonia es la consistente en la MERCANTILIZACIÓN. ¿Podría justificar, señor rector, que los planes de estudios estén controlados por las empresas? ¿Tiene algo que ver con la convergencia europea? A esta pregunta nadie de los impulsores de Bolonia la han dado respuesta; confiamos en que usted lo haga. Probablemente sea una respuesta sencilla: la elitización y la mercantilización son solo pasos previos para la PRIVATIZACIÓN, que de hecho ya se está dando en algunos lugares.
Por si todo esto fuera poco, a ningún estudiante ni profesor se ha consultado acerca de la aplicación de Bolonia. Todos los cambios que se están efectuando en el sistema educativo se están realizando desde arriba, justificándose de manera oficial con la máxima del despotismo ilustrado: todo para el pueblo pero sin el pueblo, tratándose aquí de "pueblo" los estudiantes y profesores. Bolonia constituye, por tanto, una NEGACIÓN DE LA DEMOCRACIA. Y además ni siquiera es "todo para el pueblo", pues en nada beneficiará a la comunidad educativa el proceso de mercantilización, elitización y privatización. Una vez más, se están defendiendo los intereses de los de siempre: los empresarios, el capitalismo. La razón, señor rector, por la que existe el proceso de Bolonia no es la convergencia europea, como dicen, ni facilitar el acceso a los estudios a los jóvenes y no tan jóvenes que quieran estudiar. La finalidad es producir TÉCNICOS SIN SENTIDO CRÍTICO PARA LAS EMPRESAS. ¿Por qué ningún impulsor de Bolonia lo admite claramente? El sistema político está tan atado y bien atado que aunque admitan todos sus desmanes, van a seguir gobernando los mismos. Y ya no hace falta la ficción democrática: Bolonia es un claro ejemplo de ello.
Pero no pueden admitirlo, señor rector, porque en realidad la DEMOCRACIA si se ha ejercido. Se ha ejercido cada vez que una huelga ha paralizado las instituciones educativas. Se ha ejercido cada vez que miles de estudiantes y profesores han salido a manifestarse contra la imposición de la privatización. Se ha ejercido cada vez que los impulsores del proceso no han sabido responder a las preguntas de los estudiantes, teóricos beneficiarios del proceso de Bolonia. La democracia se ha ejercido, aunque usted y sus compañeros no hayan querido verlo.
Concluimos esta carta pidiéndole que nos responda. Que responda a nuestras preguntas como hasta ahora nadie las ha respondido. Que admita que Bolonia sólo beneficia a los empresarios. Que admita que es "todo para las empresas, pero sin los estudiantes". Y le pedimos que, si de verdad cree en la educación y la formación, se oponga frontalmente al proceso de Bolonia, como ya se opone la gran mayoría de los estudiantes del Estado.
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