La crisis capitalista ha puesto a los y las estudiantes en el punto de mira. Quieren destruir la educación pública mediante una reforma y unos recortes que nos harán mucho más débiles, potenciarán las desigualdades y contribuirán a elitizar el sistema educativo. Con ello, pretenden crear trabajadores precarios empujados al paro, la temporalidad laboral o la emigración al extranjero.
Se eliminarán asignaturas y modalidades (tanto en ESO como en bachillerato), se encaminará al alumnado a cursar una FP devaluada antes que una carrera universitaria, se implantarán reválidas y exámenes que funcionan como filtro, fusionarán el bachillerato de Artes con el de Humanidades y Ciencias Sociales; y se le otorgará más poder al director del centro, quitándoselo a los alumnos y al consejo escolar, entre otras cosas. Se trata de negar al estudiantado sus derechos educativos, es decir, terminar de destruir el exiguo sistema educativo público que había sido conquistado por las luchas de nuestras madres y padres.
La reforma educativa sirve de complemento a los continuos recortes que veníamos sufriendo por parte del PPSOE. Ya en la pasada legislatura, modificaron la Constitución para cumplir con el objetivo de déficit, lo cual se traduce en un ajuste de 3.000 millones de euros en educación.
Para el alumnado, eso significa un empobrecimiento de las condiciones y del nivel educativo. Los centros no podrán cuidar sus infraestructuras, no se cubrirán las bajas a su debido tiempo, aumentarán el número de alumnos y alumnas en cada clase, se realizarán menos actividades extraescolares, habrá menos becas disponibles y será más difícil acceder a ellas. En definitiva, supondrá un claro retroceso en los derechos del estudiantado y un recrudecimiento de los chantajes que los que provocaron la crisis vierten sobre nosotros.
Para las trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, estos recortes tienen también una repercusión atroz, ya que equivales a miles de despidos de profesorado interino, bajadas de sueldo, no convocar nuevas oposiciones, etc. El profesorado deberá además impartir más horas de clase. Es evidente que sus condiciones y derechos laborales se deteriorarán.
Y mientras asistimos a todo este vendaval de recortes, la educación privada y concertada encuentra en este retrógrado gobierno un gran aliado para seguir robando el dinero de todas y todos. Día a día, se invierten más recursos públicos en la educación privada (desde 2007 su financiación pública ha aumentad un 30%) y en la concertación de centros frente al despojo de fondos que sufre la educación pública. Hay que recordar que gran parte del dinero que nos quitan a las familias trabajadoras va a parar a la Iglesia Católica y a los grupos empresariales que financian estas instituciones.
No podemos quedarnos quietos ante este aluvión de ataques a la enseñanza pública. Estamos presenciando cómo los banqueros, los corruptos, los capitalistas que nos metieron en esta crisis económica pretenden seguir ganando beneficios a costa de nuestro derecho a la educación.
Desde la Juventud Comunista rechazamos rotundamente todos y cada uno de los recortes y las reformas llevadas a cabo por el gobierno con el único objetivo de hacernos pagar a las y los estudiantes, a la clase trabajadora, una crisis que no hemos generado y seguir protegiendo los beneficios de la oligarquía económica del país.
Por ello llamamos a defendernos, a luchar por nuestros derechos, a la organización de movimiento estudiantil consciente y combativo para señalar a los que nos privatizan y pararlos.
Frente a los recortes y a la reforma, ¡defiéndete, organízate y lucha!
0 comentarios:
Publicar un comentario