Cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las mujeres reivindicamos la lucha por nuestra liberación como género. A pesar de los esfuerzos que el poder patriarcal realiza para despojarnos de nuestros derechos, nosotras, las mujeres de diversos colectivos y organizaciones, somos fuertes y cada día que pasa demostramos que vamos a seguir luchando por recuperar los derechos ya adquiridos con el esfuerzo de compañeras y compañeros que, en muchas ocasiones, dejaron su vida en el camino y hasta alcanzar los que se nos siguen negando.
SUS BENEFICIOS, NUESTROS SACRIFICIOS
Las mujeres, desde que nacemos, partimos de una situación de desigualdad como consecuencia de la división sexual del trabajo, donde nuestra fuerza de trabajo está menos valorada que la de los hombres. Por ello, la mitad de la clase obrera, las mujeres trabajadoras, exigimos que nos devuelvan el dinero que nos han robado, situación derivada de la doble jornada laboral. Las mujeres estamos explotadas tanto en casa como en el trabajo, todo esto agravado por la destrucción de empleo estable en beneficio del empleo a tiempo parcial (desempeñado en un 80% por mujeres), salarios de hasta un 22% de diferencia por el mismo trabajo realizado, con objetivos y beneficios que las mujeres casi nunca cobramos, menores pensiones y salarios sociales derivados de estos contratos de tiempo parcial, además de que somos las primeras afectadas ante los despidos y recortes de derechos.
En este sentido resulta muy significativo que la mayoría de las mujeres acabemos incorporándonos a la economía sumergida, razón por la que muchas mujeres no cotizamos lo suficiente, viéndonos abocadas a una vejez en el umbral de pobreza, en muchos casos superándolo. Nuestra vida laboral es un camino lleno de piedras que nos tiran desde los distintos poderes políticos y económicos, poderes que rechazamos todas y cada una de nosotras.
Y qué decir del resto de prestaciones y derechos sociales que pretenden arrebatarnos también: sanidad, educación, por no hablar de nuestro derecho a decidir si queremos ser madres o no.
MUJER SI NO LUCHAS, NADIE TE ESCUCHA
Porque necesitamos trabajar para poder vivir y mientras no combatamos este sistema capitalista basado en una sociedad consumista y anclada en el pasado que no piensa en las personas, sino en los beneficios, las mujeres trabajadoras no podremos avanzar.
Porque si no trabajamos no tenemos independencia económica, lo que nos lleva a depender de nuestras familias y/o parejas, como en el siglo pasado.
Porque nuestro trabajo es indispensable para el funcionamiento de la sociedad ya que cubrimos dos tercios del trabajo socialmente necesario.
Porque no queremos pasarnos nuestra vida trabajando sin poder disfrutarla.
Porque estamos hasta las tetas de que nos quiten derechos y nos traten como a personas de segunda categoría necesitadas de tutela masculina, cuando no como a animales. Porque es necesario que se reconozca y se reparta en igualdad el trabajo doméstico, afectivo y de cuidados y se reorganice el trabajo asalariado, considerando éste una actividad parcial, que es derecho de todas las personas, y adaptando las jornadas laborales a nuestra vida personal.
POR UN SALARIO Y UNA VIDA DIGNOS, "TRABAJOS" YA HACEMOS!!
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